Llamamos cuerpos extraños a todo objeto procedente del exterior, que se introduce o albergar en nuestro organismo. Según la localización y naturaleza del cuerpo extraño, se producirán distintas alteraciones o síntomas.
El área ORL está formada por cavidades abiertas al exterior (fosas nasales, oído, cavidad bucal), por lo que la introducción de cuerpos extraños es una situación frecuente y, en ocasiones, grave. La mayoría de la veces ocurre en niños, disminuidos psíquicos o en adultos de forma accidental, por lo que a la hora del tratamiento habrá que tener en cuenta la correcta inmovilización, para evitar daños iatrogénicos.
El área ocular está formado por los ojos, es frecuente la entrada de cuerpos extraños en ojos formando úlceras corneales.
Clasificación de los cuerpos extraños:
Los cuerpos extraños otológicos u óticos provocan dolor de oído con la presencia o no de otorragia, zumbido (en caso de insectos), hipoacusia que pueden presentarse de forma asimétrica.
Actuación:
Los cuerpos extraños en fosas nasales, se encuentra con mayor frecuencia en meato inferior, entre cornete medio y tabique, cornete medio y techo nasal. Se debe evitar que pasen a faringe. Es de mayor frecuencia en niños pequeños.
La clínica que se produce es obstrucción nasal, con dolor (cuerpo extraño movido), con rinorrea mucopurulenta o serosanguinolienta, y en ocasiones epistaxis.
Actuación:
Se produce la entrada de un cuerpo extraño, que en ocasiones lleva al sujeto a rozarse y frotarse el ojo provocando una herida o úlcera corneal, provocando en ciertas ocasiones una reacción local asociada.
La clínca que suele acompañar a las lesiones del ojo son: dolor intenso, lagrimeo, hiperemia conjuntival, en ocasiones hemorragia conjuntival, y edematización parpebral.
Actuación: